Aquí publicaré informes y fotos de apicultores que ya han probado o utilizado la bobina.
Por motivos de protección de datos, abreviaré los nombres.
El Sr. R. recibió la bobina a mediados de septiembre. Sin embargo, como ya había tratado las colmenas con ácido oxálico, no esperaba que cayeran ácaros.
Así ocurrió con algunas colonias de abejas: cayeron algunos, pero muy pocos.
Sin embargo, tres días después descubrió que en una de sus colonias había una gran cantidad de varroas en la colmena.
La imagen muestra el agujero de vuelo de la colmena.
La señora M. utilizó las bobinas en agosto en una colmena cerrada y observó que, tras el tratamiento, las abejas estaban más tranquilas y equilibradas.
Para las abejas, la varroa es sinónimo de estrés, lo que suele apreciarse al observar la entrada de la colmena. Se nota inquietud en la entrada, aunque todavía haya suficiente néctar y no se hayan producido robos.